VISITAS FORMALES, ENCUENTROS VACÍOS

Este lunes acudió el presidente Azcón a la sede de la Comarca de las Cinco Villas. Por suerte o por desgracia, no pude asistir. Digo “por suerte” no porque no quisiera estar presente, todo lo contrario. La suerte es que fue por motivos laborales.

Los consejeros comarcales, los alcaldes de pequeños municipios, trabajamos cada día y sacamos tiempo de donde podemos para realizar el resto de tareas, que no son menos importantes. Pero cuando hay que conciliarlo todo, es complicado. Y debe de ser también complicado de entender, porque el aviso de su visita nos llegó con menos de una semana de antelación.

La verdad es que esto ya lo hemos vivido. Si no igual, algo parecido. Cuando conseguimos una fecha para reunirnos con el consejero de Sanidad, con apenas un par de días de margen se nos comunicó que la reunión cambiaba de invitados (en absoluto éramos los protagonistas), y por tanto también cambiaba su contenido.

Así que no pude trasladarle al presidente —el de todos, también de los pueblos pequeños, aunque a veces no se lo crean ellos mismos— que llevamos más de un año sin transporte público, y que ni siquiera nos reciben en la Dirección General. Que seguimos con un solo médico para cubrir tres plazas, con más de 75 minutos de distancia entre unos pueblos y otros, y con vecinos dependientes. Que el programa “Volveremos” es estupendo, pero solo apoya a los municipios que pueden cofinanciar las compras, no a los que tenemos falta de recursos o de partidas presupuestarias.

Así que, por mucho que se diga en las notas de prensa que llega a todos los municipios de Aragón, 67 localidades no son el 100% de los 731 municipios que existen, ni el 81% de los aragoneses somos todos, faltamos los de siempre.

¿Y qué conseguiremos con esto? Que la gente de nuestros pequeños pueblos tenga ventajas si compra en municipios como Ejea, dejando de apoyar a los comercios locales de proximidad.

¿Conseguiremos algún día que quienes gestionan nuestro futuro se pongan las gafas de lo rural, de lo pequeño?

Estoy convencido de que llorar y reclamar sirve de poco. Así que sigamos trabajando, con ilusión, con orgullo, defendiendo esta tierra, mientras otros miran hacia otro lado.

Ellos se lo pierden.

Foto de Cadenaser.com

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