Curro Fatás, Puturrú de Fuá y una pedazo cata

Como sabéis los días 24 y 25 de noviembre celebramos el Iv Congreso de periodismo rural.

Sabíamos antes de comenzar que Curro Fatás tenía que ser quien cerrase el congreso, pero no imaginábamos que fuese así de tremendo.

Con Curro nunca sabes exactamente como van a acabar las cosas, es único creando ambientes mágicos en lo cómico-festivo, pero nos propuso un plus. Quería en primicia presentar en Urriés un nuevo show que incluyera su música y su forma de hacer, pero dentro de una cata de vinos.

Comenzamos a buscar opciones y desde hace ya unos meses Bodega de Liédena se ha convertido en un apoyo fundamental para nosotros.

Así que ya teníamos las botellas.

Ahora necesitábamos un guía para la cata, pero tenemos a David Remartínez. Quién mejor que alguien apasionado de la gastronomía y los vinos, como él, escritor de La Puta Gastronomía y periodista, entre otro espacios, en El Comidista. Todo cuadraba a la perfección.

Solo nos faltaban las copas. Y claro, nosotros no podemos tener copas para tanta gente, deberíamos recurrir al plástico, que sin ser lo óptimo sí era una opción (fea). Pero de repente el mastuerzo de Remartínez me pregunta si tenemos porrones. Le contesto que muchos, precisamente son herramienta fundamental en nuestras rondallas. Y así, después de varias risas, decidimos hacer la primera cata del mundo en porrón.

Si no sabes beber con porrón, tráete una copa. Te perderás unas risas, pero lo que está claro es que no te puedes perder semejante evento.

Os esperamos

2 comentarios en «Curro Fatás, Puturrú de Fuá y una pedazo cata»

  1. Santiago Zalba dice:

    Felicidades a tod@s y por todo. Al leer porrón me ha llegado al alma una alegría inesperada, porrón va unido siempre junto a muchos recuerdos de una historia «pasada» y vivida con momentos especialmente entrañables y casi siempre rodeados de familia, ya desaparecida, y de amigos de verdad; felicidades por esta buena idea de apostar por recordar vivencias y costumbres de un buen pasado en casa de todos, especialmente de los pueblos. En esos tiempos teníamos la buena costumbre, educación y cortesía… de pasar el porrón al siguiente durante las comidas, si alguien quería beber y el porrón estaba (posado) lejos, bastaba con enseñar u ofrecer una miga de pan al compañer@ y este entendía estar «obligado» a alcanzarle el porrón (o la bota con vino) para su uso y disfrute, quizás se haya perdido esta costumbre….? No me importaría disfrutar de una comida con porrón, algo imposible….!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *